domingo, 22 de mayo de 2016

El amor defraudado




El amor defraudado que más me gusta es una inglesita de senos breves y ojos pardos.

Un amor defraudado nunca es falso.

Ser siempre uno mismo pesa más que un piano de una pianista enigmática, liberada de sus derechos.

Que te asalten las dudas es no seguir abrazados después del amor.

Solo quiero salir adelante volviendo sobre tus pasos.

¿A quién en el fondo no le gusta trabajar ese músculo llamado curiosidad?

No hay amor más formidable y espantoso que el amor defraudado.

Tómate un poco a broma las facciones del fastidio.

El amor se puede rehacer.

El amor no se puede rehacer.

Qué extraña sensación no engañar a los lectores pero engañarse a sí mismo.

Me gusta hablar de todo, sobre todo, de tus ojos verdes por los que huye una gacela asustada.




No hay comentarios:

Publicar un comentario