martes, 15 de agosto de 2017

Pintalabios de la ternura


Cucaracha con vitalidad extraña alude a manuscrito consumido por observar la pena con gotas de puro sudor animal al gentío llamado Sapo de cara Pálida y al continuo chorreo de espectadores, malhechores y zarrapastrosos de las letras con el olor de su sucia ropa interior. Cualquier hija de juez que se ría entre dientes te está mirando a los ojos como un Perro Fiel. Mascullas unas palabras inadecuadas, oh gran Truman Capote: estridente nasalidad que sabe a pradera y a bracero, calles sin nombre, sin sombra y sin pavimentar, mujer demacrada que viste chaqueta de cuero. Camionero Perezoso no tiene dinero para pagarse la clase de los Dolores. El albornoz de Madame Butterfly queda abierto como una tienda extendida. Ninfa independiente se retuerce y culebrea como una gran gata. ¡Miau! ¡Miau, miau! ¡Miau! ¡Miau! Maullando en la noche. Maullando, maullando como una tigresa. "En cuanto a usted, Señor Trance -y me lanza una mirada de inteligencia-, si yo fuera usted yo me daría un paseíto". "¡Socorro! ¡Socorro!" Mona llega de buen humor frotándose las manos y haciendo crujir los nudillos. Todo lo que tengo hacer es esperar durmiente sin leer el prospecto de papel de lija a la chica de termómetro azul y pintalabios de la ternura.

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