viernes, 31 de marzo de 2017

El demente


Evoco al loco solo y desvalido igual que en un espejo que me brindara la muerte. Ah esclavo de los psiquiatras, rezándole al furor de la nada, al estupor de la nada como una flor en las manos, y la tortuga camina hacia mí, lejanísima, buscando el corazón del nevermore y no encuentra sino crueldad. Muy de mañana me lleno de una luz clara, meto la cabeza en un hueco para respirar. Devoradme, psiquiatras, que servís de relleno mientras corro en mi imaginación, como un ciervo sin ojos, por un paisaje que tiene presentimiento de bosque. Peter Pan era mi nombre y he muerto donde no hay rosa, donde el furor se ríe de mí, donde tiembla mi pájaro inconfesable. Víctor Hugo escribió que cuando uno es joven tiene mañanas triunfales. No tengo esperanza gordezuela, os digo que está en los LABIOS del pasado, y "lo que envejece" no es la vida que se vive, sino la que no se vive, la de una mano pálida que torpemente te araña, pura y violenta, intemporal e inocente, crueldad de la nada, mueca de la nada.

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