domingo, 2 de abril de 2017

Mi cierva lee a Lorca


Mi cierva mordisquea a otros hombres
que caminan con ella pero a mí no me mordisquea.
Ella se siente más asustada que sorprendida...
al oir aquellos pasos.
Ella tiene grandes cejas de tanto llorar,
sin embargo soluciona los problemas de todos
menos los suyos.
Los Cazadores de la Ira fabrican nuevas armas
se arrojan a animales como una ramita en un torrente.
Mi cierva. Ella lee al inquisitivo Lorca
y crece como las enredaderas dispersas
mientras masticamos juntos con expresión un poco tímida.

Inevitables Sombras sollozan en la nieve
ahí están, sí, ahí están otra vez.
En el museo del dolor todo el mundo
está herido de odio.
Por una fracción de segundo han extraviado
sus santas maletas.
Mi cierva habla de la rosa sempiterna,
la rosa que uno conserva dentro de su corazón.
Ella sigue durante una hora o dos
limpiando el mundo, poniendo en orden
el aislado bosque.

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