sábado, 6 de mayo de 2017

Hocicos impúdicos


Los zorros como Bukowski
han bebido demasiado
la noche anterior
silban balazos felices,
los dioses
ríen de manera
estridente
duros e incorregibles.
Se van abriendo agujeritos
de bala sobre los dientes
de la pianola,
que suena ahogada.
Charles se levanta
sudando como un jinete,
va de aquí para allá,
se rasca.
Nada va a cambiar, excepto él mismo.
El zorro con pullas
mordaces & maliciosas
quiere sentarse contigo,
que traigan la cuenta
& caer muerto en la oscuridad.
Al zorro de Andernach
le cogerás de la mano & le apretarás
cariñosamente.
Esbozará un gesto, como para decir:

-Tú no sabes... tú no sabes... esto es
terrible.
Escribirá una biografía suya
enamorado de un monstruo,
-Debería dejarla ahora,
inmediatamente,
sin una palabra de explicación,
se dice torciendo el gesto.
El auténtico gran escritor
no quiere escribir
un poema
poniéndose a escribir un poema
& que suene como un poema
o la idea que tiene de cómo
debería sonar un poema.
Los mejores poemas se parecen a él,
a un cenagal de confusión desesperada.
No conozco a ningún escritor en América
que esté más dotado que él.
El viejo zorro,
el púgil de los pesos pesados
llora, llora, llora
& encuentra un millón de cocodrilos incongruentes
para llorar con él.

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